Fotos de archivo Museo Goyaud
Apuntalar la casa interior del
hombre. Mirar a su espíritu. Enriquecerlo en la parte más sensible de su ser.
Fortalecer aquello que el “sistema materialista” voluntaria o involuntariamente
tiende a ignorar.
Y si buscamos la manera de
contrarrestarlo, la forma es sin duda el conocimiento. Y si dentro del
conocimiento apuntamos a las artes y disciplinas de la cultura que enriquecen
el yo interior, tendremos gran parte del camino ganado.
Lo que hoy nos convoca es una de
las más valiosas herramientas que disponemos para recorrer ese camino: me
refiero a los talleres.
Esta técnica de enseñanza fue
valiosa ya desde la antigüedad. Es anterior a todo otro método de transmisión
de conocimiento.
Pero si restringiésemos la
función del taller exclusivamente al aprendizaje y practica de una disciplina,
dejaríamos olvidados otros aspectos tan valiosos como la integración a un grupo
de trabajo, sin condicionamientos sociales ni económicos, la práctica del
compañerismo y solidaridad y aún si el destino es generoso, ganar una amistad.
La música, el canto, la
literatura, la danza y expresión corporal, el telar, los instrumentos
autóctonos, el teatro, el cine, son todas las disciplinas únicas para
reconstruir el ser humano integral.
Por esa sencilla razón me
interesa vincular la función de los talleres con la tradición cultural que
históricamente acompaño a Ituzaingó.
Y por encima de los tiempos políticos que están
acotados por leyes estrictas que rigen su ejército en el tiempo, las
tradiciones no tienen limitaciones en su permanencia cuando quienes la
sostienen se convierten en sus
custodios.
Brevemente me referiré a la
actividad cultural en Ituzaingó en épocas anteriores. Como toda síntesis
antológica tendrá lamentables omisiones solo condicionadas por la extensión del
texto.
El folclore hace más de 60 años
tuvo cursos en nuestra ciudad, recordamos a Alba Quiroga en “Silbando Mi Zamba”
y otras peñas como “El Recao” y “La Criollita”.
También más de medio siglo de
existencia tiene el Coro Lorenzo Perossi, organizado por el maestro César
Traversa y posteriormente engalanado por Jorge Fernández Cevallos.
El teatro y el cine tuvieron
representantes radicados entre nosotros. Así pasaron Enrique de Rosas, Ricardo
Passano padre e hijo y el inolvidable
Mario, Julio Renato, etc. Varios grupos independientes desde la década del 30
ya mostraban su trabajo local. Así el Centro Cultural y el club G.E.I. fueron
sedes de elencos vocacionales. Recordemos los dirigidos por Montenegro Butti.
Héctor Pedro Blomberg, aquel de
la Pulpera de Santa Lucía, vivió su infancia en Ituzaingó y jamás lo olvidó. La
literatura en variadas especialidades contó entre otros con el prestigio de
Máximo Aguirre, Martinelli Massa, Coronato Paz, Rafael Alberti, Celestino Jorge
Lebrón, Fernando Amieva, Lirio Fernández sin duda el novelista más notorio.
La historia con Fermín Arenas
Luque y el profesor Juan Carlos Moreno paseó por nuestro pueblo.
La educación lució en Gerardo
Ansalone, Jorge Thevenin, Abel Carcagno,
Hortensia Sánchez, Nélida Devos.
Uno de los indigenistas más
prestigiosos del país, la señora Ana Biró de Stern fue nuestra vecina.
La pintura con maestros como
Pompeo Boggio, Carpanelli, Parodi, Semino, Pederiva, Gelpi. La escultura con
Supervielle, Narbondo o Pedreira.
El dibujo con Montero Lacasa y el
grabado con Julián González y Mauricio Castillo.
Algunos de los nombrados
integraron aquella inolvidable Paleta Decimal, anfitriona de grandes artistas
argentinos. El destacado crítico de arte Leonardo Estarico vivió en Villa
Ariza.
La escenografía y la pintura
tuvieron en Germen Gelpi una prominente figura. Recordamos en la danza clásica
a Jeannette Martini y Carmen Renato Santagata ambas primeras bailarinas del
Teatro colón.
El lenguaje gramatical con Jorge
Guasch Leguizamón y Raúl Lagomarsino.
Don José Sgambado nos representó
en artesanía criolla como soguero y tronzador.
Un musicólogo de relevante nivel
lo tuvimos en el profesor Vicente Forte. En honor a la brevedad omitió pero no
olvido los muy conocidos nombres de
nuestros queridos artistas y compositores de tango y folclore. Por
idéntica razón no recreamos los artistas y representantes de la cultura que
felizmente aun están entre nosotros. El periodismo tuvo publicaciones con
fuerte inserción en la cultura como “Aupi en la noticia”, “Ciudadano” y en
especial “El Chasqui”, dirigido por Celestino Lebrón. (1)
Entre las instituciones actuales
no queremos dejar de mencionar al Centro Cultural y Biblioteca Bernardino
Rivadavia, institución nacida en 1932 con objetivos precisos en educación y
cultura que por épocas se cumplieron holgadamente.
La Peña Cultural Y Social “Los
Amigos”, Casa de Cultura su excelente revista Sofos, la Asociación Ricardo
Guiraldes y aquella primigenia Unión Vecinal que con la
conducción del ingeniero Quartino y el señor Alberto Rovero dio el primer paso
en cultura.
Como no dejar sentado la
actividad que despliegan los Centros de Jubilados y Sociedades de Fomento. Descollante
tarea cumple el Museo Clarisse Coulombié de Goyaud que dirige Rolando Goyaud.
El club G.E.I. tuvo destacadas
subcomisiones de cultura que congregaron importantes eventos.
Y hoy merced al trabajo conjunto
de cultura de nuestro municipio y la comunidad estamos en condiciones de
continuar aquellas inquietudes que hicieron de Ituzaingó un pueblo cultural.
Por todo esto estamos aquí, para
contarles que estamos totalmente consustanciados con la tarea que desarrollan
los talleres.
Municipio y comunidad con
inquietud artística, artesanal y cultural, en unión sólida y participativa,
acrecentada y jerarquizada, la función de unos y otros. Cada cual aportando lo
suyo y recreando la importante función de arte y el conocimiento.
Felicito a los maestros,
artesanos y profesores que dirigen los cursos y muy especialmente a los alumnos
integrantes de los talleres, que son el reaseguro para que esta hermosa tradición
artística –cultural no se pierda. (2)
Dr. ALBERTO LUIS GUERCIO
NOTAS:
1)- La Historia estuvo contenida en dos museos, uno
el Sanmartiniano del Sr. José Miquel y el de historia local creado y dirigido
por el Sr. Rolando Goyavel. El periodista Agustín Cammerucci publico un
interesante libro de historia local. En el mismo sentido el profesor Ricardo
Castillo y el artista Danilo Bambú publicaron interesantes fascículos de
historia de Ituzaingó. En la actualidad el Centro Cultural Ituzaingó, el
Edificio Emilio Carpanelli y el Museo Histórico Municipal entre otros sitios
aportan valiosamente a la cultura.
2)-en síntesis un pueblo con
sentida afinidad por la cultura en general. Que podamos mantenerla dependerá
solo de nosotros y quienes en sus manos tengan las herramientas para hacerlo.